
Rafael Tormo, IP36. Ensamblaje de un cúmulo de intensidades.
Rafael Tormo inicia un viaje para proponer una contra-geografía de las Tierras del Ebro
Abril 2025.
Tierras del Ebro
El artista visitará los cincuenta y dos municipios del sur de Cataluña con el objetivo de indagar en la realidad local y las interacciones entre el territorio, la naturaleza y la cultura.
El proyecto, que desarrollará junto al gestor cultural Fernando Paniagua y la escritora Mireia Ibáñez, culminará con una acción artística en Lo Pati de Amposta y con la edición de un libro.
Acercarse a la vida local para redibujar los límites entre la sociedad, la naturaleza y la cultura. Ese es el objetivo del periplo que ha iniciado el artista Rafael Tormo, quien durante el mes de abril recorrerá cincuenta y tres poblaciones de las Tierras del Ebro. El proyecto, titulado IP36. Ensamblaje de un cúmulo de intensidades, se plantea como un espacio de investigación y relectura sobre la representación y simbolización del territorio: una contra-geografía para explicar cómo los humanos y otras formas de vida cohabitan e interactúan.
Para profundizar en las singularidades de cada pueblo, Tormo trabajará codo con codo con el investigador, agitador y gestor cultural Fernando Paniagua y con la escritora y poeta de Santa Bàrbara Mireia Ibáñez. Los tres se encontrarán con mediadores locales —no necesariamente artistas— para recopilar información, investigar y explorar los límites entre las prácticas artísticas y los procesos materiales. “Se trata de generar sinergias que actualmente son imposibles en los grandes contenedores culturales de los entornos urbanos”, explica Tormo. Según el artista, “esta mirada implica una revisión profunda del concepto ordinario de territorio, porque los elementos que en este ámbito tradicionalmente se han considerado banales pueden convertirse en un lugar de encuentro y de conciencia compartida a través, por ejemplo, del contacto con la materia”.
El proyecto explorará nuevos modelos de conocimiento, con el fin de superar las categorías fijadas por las disciplinas tradicionales y proponer una lectura dinámica y afectiva del entorno. Tormo entiende el territorio como una confluencia de fuerzas afectivas y materiales que crean experiencias compartidas y se reconfiguran. El barro y los nidos de golondrina, precisamente, se convertirán en un recurso material central del proyecto, ayudando a combinar la investigación de campo, la ciencia de los materiales y la práctica artística vinculada al territorio. Por ello, se han programado talleres de recogida y trabajo con barro, de construcción de nidos y de observación de golondrinas. El recorrido se ha iniciado por municipios del Montsià como Alcanar y La Galera, donde Tormo ha podido conocer la tradición alfarera.
Una instalación final en Lo Pati
Después del viaje, en julio, el resultado del proyecto se presentará en Lo Pati. La fachada del centro de arte acogerá una instalación de nidos de golondrina creados a partir de la arcilla recogida durante el proceso, fruto del trabajo con las escuelas de arte de Amposta, Móra d’Ebre y Tortosa. Los nidos actuarán como dispositivos catalizadores entre los materiales y las personas de los pueblos implicados en el proyecto, además de las especies animales y la naturaleza.
El proyecto culminará con la edición de un libro con contenidos heterogéneos que servirá como documentación y reflexión sobre el proceso. El volumen recopilará textos, poemas, imágenes y testimonios, y funcionará como una cartografía abierta sobre los procesos de ensamblaje y las dinámicas territoriales.
Rafael Tormo (Beneixida, País Valencià, 1963) es productor cultural, editor, artista y comisario. Ha impulsado encuentros de reflexión sobre los márgenes del arte y sus contextos, organizando talleres y conferencias desde una perspectiva crítica a la institución y experimentando con procesos participativos.
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